¡Hola, amigos! Saludo a aquellos que alguna vez se animaron a visitar este blog y que, luego de haber “desaparecido” de la red, se preguntaron por qué había dejado de actualizarlo y de escribir.
Hoy se cumplen exactamente cuatro meses después de la última vez que escribí una nota en mi blog, el que creé como una alternativa nueva para informar y hacer resaltar aquellos acontecimientos que van en contra del respeto a las personas; y aunque extrañaba mucho no colgar alguna nota divertida o informativa, mi cura de sueño no me lo permitía.
Pero ahora ya he despertado de mi ensueño… he despertado de un estado comatoso para empezar nuevamente con mi blog… mi mente ha salido de un largo peregrinar dispuesto a arremeter con todo y contra todos, pues mientras “dormía” fui testigo de cosas asombrosas y de extraños sucesos, y ahora hablaré y narraré situaciones extraordinarias, caiga quien caiga…
Ahora ya estoy listo para comunicarles las cosas de mi andar diario; y si no me sucediera nada divertido o peculiar, pues ya les inventaré alguna cosa para que se diviertan leyendo algo interesante o excéntrico... ya veré qué se me ocurre.
Por segunda vez los invito a ser parte de esta nueva etapa, la que caminaré poco a poco, con paso firme pero seguro, acompañado de la sinceridad, el entusiasmo y la sensatez, y, ¿por qué no?, con el filo en la lengua. ¡Disfrútenlo!
¡Bienvenidos una vez más!
Hoy se cumplen exactamente cuatro meses después de la última vez que escribí una nota en mi blog, el que creé como una alternativa nueva para informar y hacer resaltar aquellos acontecimientos que van en contra del respeto a las personas; y aunque extrañaba mucho no colgar alguna nota divertida o informativa, mi cura de sueño no me lo permitía.
Pero ahora ya he despertado de mi ensueño… he despertado de un estado comatoso para empezar nuevamente con mi blog… mi mente ha salido de un largo peregrinar dispuesto a arremeter con todo y contra todos, pues mientras “dormía” fui testigo de cosas asombrosas y de extraños sucesos, y ahora hablaré y narraré situaciones extraordinarias, caiga quien caiga…
Ahora ya estoy listo para comunicarles las cosas de mi andar diario; y si no me sucediera nada divertido o peculiar, pues ya les inventaré alguna cosa para que se diviertan leyendo algo interesante o excéntrico... ya veré qué se me ocurre.
Por segunda vez los invito a ser parte de esta nueva etapa, la que caminaré poco a poco, con paso firme pero seguro, acompañado de la sinceridad, el entusiasmo y la sensatez, y, ¿por qué no?, con el filo en la lengua. ¡Disfrútenlo!
¡Bienvenidos una vez más!