domingo, 20 de abril de 2008


Los derechos de los zurdos

Son desgarbados y siniestros. Hubo un tiempo en el que los japoneses los discriminaban. En la Biblia, la Tora, el Corán y otros libros sagrados, los impíos y los indeseables se encuentran apiñados a la izquierda. Son los hijos de Satán: Miguel Ángel, Leonardo de Vinci, Napoleón, Julio César, Marylin Monroe y Jack el destripador.

Se calcula que uno de cada diez seres humanos usa la mano izquierda. Pero esa proporción resulta menor si se restan todos los que se han transformado en diestros. “Transformado” es, desde luego, un eufemismo que no refleja la humillación ni el escarnio. Benjamín Franklin, como por ejemplo, confesó: “Más de un bochorno he pasado por ser torpe y falto de gracia”.

Antiguamente, nuestros padres y maestros nos ataban la mano izquierda a la espalda. Hoy, los diestros se complacen en hacer de sus vidas una carrera de obstáculos cronometrada con relojes que marcan de derecha a izquierda. Nada más levantarse, tienen que batallar con unas prendas que se abotonan al revés. En la ducha corren el riesgo de escaldarse por que las llaves giran en el sentido de las agujas del reloj. Viven en un mundo donde casi todo está hecho para los diestros: los abrelatas, los sartenes, los refrigeradores, qué sé yo.

Quienes ese encuentren a la izquierda de Dios el día del Juicio Final no serán escuchados, según el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo: “Entonces dirá a los de su izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado por el diablo y sus ángeles”.

Durante mucho tiempo se creyó que las brujas, por haber hecho pacto con el maligno, eran zurdas. Ellos jamás llegarán a sentarse a la diestra del Padre. Se darían de codazos con Él.

¿Creen ustedes que Charles Chaplin de verás quería ser comediante? Pues no: Chaplin era un violinista de talento, pero nadie le hubiera permitido formar parte de una orquesta por que le habría pegado a su vecino en la barbilla.

Algunos científicos enviaron hace algunos años una carta a la New England Journal of Medicine, en la que afirmaban que los diestros viven más que los zurdos. Muchos de sus colegas no están de acuerdo, pero a mí me parece que no andan tan errados.

Manipular la palanca de velocidad de un automóvil equivale para un zurdo a circular por la calle de la muerte. Los utensilios caseros peligrosos –como los cuchillos para abrir ostiones y los taladros eléctricos– están diseñados para los diestros. Si es cierto que los zurdos mueren más jóvenes, se debe muchas veces a que tienen que vérselas con alguna sierra de cadena.

Los idiomas no tienen más clemencia. En español, “izquierdo” significa, en sentido figurado, torcido, no recto; y se dice de “izquierda” quien se aparta de lo que dicta la razón. En anglosajón, lyft (antecedente de left, o sea, “izquierda” en inglés) significa débil e inútil. En francés, “izquierdo”, se dice gauche, que también equivale a feo, desgarbado, vergonzoso. En alemán es link: torpe y desmañado. Si actúa uno por nalyevo en Moscú, o sea, por la izquierda, es que trabaja en el mercado negro. En Roma, una zona siniestra es una zona de desastre.

En la ciudad de Topeka, en el estado norteamericano de Kansas, se fundó en 1975 la Organización Internacional de Zurdos (13 de Agosto) y publica un catálogo de 130 productos diseñados para zurdos, desde tijeras hasta tirabuzones. La agrupación lucha también por los derechos de los izquierdos.

Necesitan gente como esa, que vea las cosas desde su punto de vista. Después de todo, la balanza se inclina muchas veces a su favor… En el techo de la Capilla Sextina, Dios toca la mano izquierda de Adán. Y Él mismo nos colocó el corazón en la mitad izquierda. Los Niños Exploradores –esos chicos tan confiables, leales, valientes, pulcros y respetuosos– se saludan con la siniestra. Y, por supuesto, en París, la gente verdaderamente valiosa vive en la Ribera Izquierda del Sena.

Los zurdos ponen en entre dicho más de una suposición gratuita de la humanidad. ¿Por qué la mano izquierda ha de saber lo que hace la derecha? ¿Por qué debemos levantar la derecha para pronunciar un juramento?

Para su consuelo existe en Virginia Occidental, Estados unidos, un pueblecito donde seguramente se sentirían a sus anchas: Se llama Left Hand, que significa “mano izquierda”. Tengo entendido que allí hay espacio de sobra para evitar los codazos, y que los inmigrantes encuentran ocupación pues el pueblo no tiene más de 600 habitantes.

Dicen que la economía ha eliminado a algunos zurdos. Mentira. No fue la economía, sino esos cuchillos eléctricos para diestros.