La cantidad de gases que causan el efecto invernadero es mayor cada año. Los científicos advierten que, como consecuencia, la temperatura global promedio puede aumentar 6 grados centígrados en el próximo siglo. Es por eso que nuestro planeta está pasando por cambios tan bruscos.
Mark Lynas, conservacionista, especialista en el tema del calentamiento global, y escritor del libro que inspiró el documental “Seis grados que podrían cambiar al mundo” dice: “Calentamiento global no sólo significa que habrá un leve aumento en el promedio de temperaturas. Cambiará radicalmente el sistema en el que la tierra se maneja”.
Y aunque las emanaciones del efecto invernadero se eliminaran de un día para otro, las concentraciones ya presentes en la atmósfera equivalen a un aumento global de 0,5 a 1 grado centígrado.
Pero, ¿qué ocurriría si aumenta otro grado más? Según Mark Lynas, autor de “Six Degrees” (“Seis Grados”), los cambios dejarían de ser graduales. Los glaciares de Groenlandia y algunas islas bajas comenzarían a desaparecer. Con un aumento de tres grados centígrados, el Ártico estaría libre de hielo durante los veranos; la selva tropical del Amazonas empezaría a secarse y los índices de temperaturas extremas serían los normales. Un aumento de cuatro grados centígrados haría crecer el nivel del mar en forma considerable. Si sumamos otro grado más, estaríamos frente al ocaso de los cambios climáticos. Aquellas zonas que alguna vez fueron regiones templadas serían entonces inhabitables. Los seres humanos entrarían en guerra por los recursos naturales restantes. Con seis grados de aumento llegaría el día del Juicio Final: los océanos serían basureros marinos, los desiertos se apoderarían de la faz de la tierra y las catástrofes serían cosa de todos los días.
Mark Lynas, conservacionista, especialista en el tema del calentamiento global, y escritor del libro que inspiró el documental “Seis grados que podrían cambiar al mundo” dice: “Calentamiento global no sólo significa que habrá un leve aumento en el promedio de temperaturas. Cambiará radicalmente el sistema en el que la tierra se maneja”.
Y aunque las emanaciones del efecto invernadero se eliminaran de un día para otro, las concentraciones ya presentes en la atmósfera equivalen a un aumento global de 0,5 a 1 grado centígrado.
Pero, ¿qué ocurriría si aumenta otro grado más? Según Mark Lynas, autor de “Six Degrees” (“Seis Grados”), los cambios dejarían de ser graduales. Los glaciares de Groenlandia y algunas islas bajas comenzarían a desaparecer. Con un aumento de tres grados centígrados, el Ártico estaría libre de hielo durante los veranos; la selva tropical del Amazonas empezaría a secarse y los índices de temperaturas extremas serían los normales. Un aumento de cuatro grados centígrados haría crecer el nivel del mar en forma considerable. Si sumamos otro grado más, estaríamos frente al ocaso de los cambios climáticos. Aquellas zonas que alguna vez fueron regiones templadas serían entonces inhabitables. Los seres humanos entrarían en guerra por los recursos naturales restantes. Con seis grados de aumento llegaría el día del Juicio Final: los océanos serían basureros marinos, los desiertos se apoderarían de la faz de la tierra y las catástrofes serían cosa de todos los días.
Si no hacemos nada por evitar este futuro, no habrá punto de retorno para la vida que hasta ahora, muy tranquilos, llevamos.
La solución es muy simple, dice Lynas, tenemos que eliminar las emisiones de gases, producto del efecto invernadero. De acuerdo a sus investigaciones, la explotación del carbón, gas o petróleo debe ser disminuida por una forma de energía más limpia.
Por lo general el calentamiento global es asociado a los países desarrollados, y es que las grandes potencias (en palabras de Mark Lynas, éstas serían los Estados Unidos, Japón, Europa y Australia) son responsables de la mayoría del incremento de la liberación de gases en la atmósfera. Los países desarrollados únicamente se adjudican sus grandes descubrimientos y nuevas tecnologías, más no la responsabilidad del efecto invernadero. Y el problema no queda ahí… La industrialización en Brasil, así como en otros países de Latinoamérica ya contribuyen a alcanzar niveles muy altos de emisiones que ayudan al aumento del efecto invernadero. Necesitamos hacer saber que estas cifras en aumento continúan y que las precauciones que se deben tomar no han alcanzado el impacto esperado todavía.